Volta á tribo e aos furanchos

A veces tengo la sensación de volver a la tribu cuando voy a Galicia. Me recuerda a la película La Selva Esmeralda de John Boorman. Igual suena un poco raro pero tengo la impresión de volver a un sitio donde todavía se hace una vida más auténtica y más en conctacto con la naturaleza, la gente y las tradiciones no como en las grandes ciudades donde ese espíritu o no lo hay o no lo encuentro. Aquí está todo más globalizado y la música tradicional se vive de otra forma más «artificial».

Lo digo porque esta Semana Santa asistí por un lado a una fiesta en auge y que cada año que pasa va más para arriba. Es la Fiesta de la Reconquista y me ha gustado bastante porque el casco vello de Vigo se convierte en un punto e encuentro para el mundillo tradicional y gaiteiro y es una buena ocasión para acercarse a la ciudad olívica.

Mucha gente va ataviada con vestimentas de la época napoleónica (y nunca mejor dicho) pero que sepas que como te vean vestid@ de francés te van a abuchear que no veas… Se hace una representación del famoso episodio de la Guerra de Independencia en el que el capitán González «Cachamuiña» rompió la puerta de Gamboa a hachazos (sí, sí a hachazos…) para permitir la entrada de las tropas españolas. El caso es que es una excusa para sacar las gaitas a la calle y tocar una vez más. Si estás el año que viene por esas fechas en Vigo no dejes de pasarte.

Pero claro, la cosa no acaba ahí porque unos días después volví a Vigo, y conocí por fin un furancho al que tenía ganas. Los furanchos para el que no los conozca son esos establecimientos semilegales con tanto éxito que se abren en los bajos de las casas durante unos meses al año para dar salida al vino que se produce en la bodega particular. En ellos donde se guarda la música popular y tradicional y donde puedes aprender muchas cosas, desde temas nuevos a detalles de los músicos o simplemente sobre la vida. Los gaiteiros que van por allí son gaiteiros de los de antes y los furanchos son sitios donde son bien recibidos y tratados como reyes.

El furancho del que os hablo no es otro que el Furancho de la Balsa en Matamá (Vigo). Lo regenta Juan, un tocayo y bombeiro impresionante, además de cantante y psicólogo avezado. Allí estuvimos haciendo una recogida interesante y coincidiendo con músicos con los que me lo pasé muy bien. Entre ellos Alba una cuncheira de tan solo siete añitos que ya estaba a su edad furancheando como podéis comprobar en la foto de abajo. ¡Adiante Alba! Sus paredes están empapeladas con numerosas fotos de músicos que han pasado por allí. Lo más granado de la gaita gallega aparece tocando unas piezas y tienen tantas fotos que no saben que hacer con ellas. Hay también una pieza compuesta en honor del establecimiento y así que si te pasas por allí la verás colgada de una de las paredes por los que si quieres puedes aprendértela.

La verdad es que para ser Semana Santa poca penitencia se hizo entre esas cuatro paredes…

Para finalizar la visita estuve en otra localidad chula y cada vez más conocida como es Tui. Allí en las fiestas de San Telmo vi a Inquedanzas una vez más actuar en el Auditorio de la ciudad (que por cierto estaba muy bien, me gustó) y a una banda de gaitas, la de Pexegueiro, que me sorprendió gratamente por la juventud de sus gaiteiros y por su calidad. Enhorabuena Xosé Manuel Oliveira…

Y para terminar un par de vídeos donde podéis ver un poco el espíritu que se respira en este local pero como dicen en los anuncios de los pisos mejor ver… El primero de ellos es con la charanga Abóbriga y el segundo con los Irmandiños de Vincios, otros con los que nos echamos unas piezas.  Lo dicho, nos vemos por allí…

~ por juanluna en 14 abril, 2010.

2 respuestas to “Volta á tribo e aos furanchos”

  1. que bo xoan,agardamos voltar a verte prontiño por aqui

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  2. esfarnar
    a
    verba

    na pel
    das
    laranxas

    azuis
    adiante

    roxos marcademe os beizos …

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